martes, 19 de octubre de 2010

‘Las historias salvarán diarios’

GUAYAQUIL, Ecuador, octubre 19.- Había una vez en Chile un periodista  llamado Juan Pablo Meneses, autor de cinco textos de no ficción, quien quería escribir  y viajar por el mundo, pero no viceversa.

Un día Juan Pablo ganó  el concurso de periodismo "Crónicas Latinoamericanas", de la revista Gatopardo y se compró una cámara fotográfica digital. Desde entonces cogió sus maletas y voló.  

Ya lleva 10 años haciendo lo que él denomina "periodismo portátil", actividad que consiste en convertir cada cibercafé del país en el que se encuentra en su redacción.

"La única diferencia es que en el ciber escribo sin ver las mismas caras dos veces; en cambio en la redacción, veo rostros repetidos todos los días", especifica el cronista.

El escritor, quien estuvo esta semana en Guayaquil invitado por la Carrera de Ciencias de la Comunicación y Literatura de la Universidad Católica, disertó sobre la importancia que tiene para un periódico contar historias y los errores que se cometen actualmente en los medios.

En varias redacciones del país es común escuchar a los editores decir al reportero "haz una croniquita". ¿Es así de fácil como suena?

No es fácil escribir para mucha gente, pero se hace menos complicado si se sabe lo que se quiere contar. Si se conoce el tema, el conflicto y la historia es más fácil. Estoy seguro de que lo puede hacer cualquier persona que se dedique a escribir. 

¿Qué es la crónica para usted?
Es un cuento real. Al menos tiene un protagonista, escenas y descripción. Es una manera de entender los datos dando vuelta por la calle.

¿Cuál es el método que usa para escribir una crónica?
No creo en eso de lanzarse a escribir en una hoja en blanco. Uso la fórmula TCH, que significa tema, conflicto e historia. Antes de redactar hago un plan teniendo claro esos tres elementos.

Tener un equipo de periodistas designados exclusivamente para hacer crónicas, ¿es lo ideal en un periódico?
Lo ideal es que todos sepan hacer de todo en el diario.

Un escritor dijo alguna vez que para hacer periodismo se requería solamente una libreta y un par de sandalias, ¿todavía está vigente eso?
Estoy de acuerdo, pero le agregaría una cámara de foto, porque de esa manera el  free lance obtendría más ingresos por las dos cosas  y así se puede seguir escribiendo historias por el mundo. La grabadora también ayuda, pues a veces en las libretas no alcanzamos a escribir mucho. Finalmente, le sumo las ganas de contar una historia. 

Cuando me fui a Barcelona me marché con la idea de sobrevivir solo escribiendo historias. Hubo épocas difíciles, en las que me empezaron a tentar otros trabajos como entregar folletos en las calles, lavar platos, cosas que hubiera hecho si mi objetivo  hubiera sido vivir en Europa, pero el mío era sobrevivir escribiendo historias. Por suerte en ese tiempo una empresa sacó la promoción de dar dos hamburguesas por el precio de una. Con eso pude sobrevivir un par de meses.

¿Se vive bien haciendo periodismo portátil?
Dese mi punto de vista sí. Antes de dedicarme a esto trabajé en una oficina, hasta los 27 años tuve corbata, traje y un trabajo con horario, pero un día me di cuenta de que eso no era lo que quería.

Pero si se considera como vivir bien comer en platos de oro y caviar todos los días, no creo que alcance el periodismo portátil, ni ningún tipo de periodismo.

En sus clases habla de periodistas idealista, ¿a qué se refiere con eso?
Idealizar se refiere a alguien que puede vivir escribiendo historias, que transmite lo que ve a mucha gente y que siente que está haciendo algo importante.

Por otro lado, hay una realidad en la que el periodista dice que el oficio ya no sirve, que se está terminando el trabajo, que se paga poco, que el profesional no es más que un instrumento de políticos y empresarios, pero sigo creyendo que el trabajo del periodista tiene mucho que ver con escribir, contar historias y conocer el mundo.

Pero el periodista no termina siendo un objeto...
Los periodistas que quieren pueden terminar de esa manera y, tal vez, ganar más dinero, pero yo entré al periodismo por otra cosa. Hay muchos tipos de periodismo.

Cuando entré a estudiar ingeniería, sabiendo que quería dedicarme al periodismo, fue porque asociaba la actividad con estar parado afuera de los tribunales para poner el micrófono a un  funcionario. El periodismo tampoco es eso. Tiene muchas variantes y la idea es sacarle el mejor partido para pasarla bien. Tiene que ver mucho con la curiosidad, al periodista curioso le gusta la calle y contar historias.

¿Los medios están dispuestos a publicar esas historias?
Creo que deberían de darse cuenta de que es el único camino que les queda para salvarse. La gente no va a comprar un diario que publica datos y fotos de la internet, para eso entra directamente a la web.

Hay mercado para comprar textos que tengan: una historia entretenida, con un conflicto latente y que aborden temas universales.

¿Por qué no se están leyendo los diarios?
Porque están ofreciendo noticias viejas que ya salieron en los demás medios.

¿Los cierres inmediatos, en el caso de los periódicos, no son un obstáculo para narrar?
Una buena historia se puede contar en 8 líneas. A partir de esas se desarrolla el texto. Eso se lo puede hacer rápido. Hay un método, que se llama del tren, que sirve para armar estructuras de textos. Lo pueden hacer en 1, 2 ó 3 horas. Se puede hacer en forma de cuento, pero con datos reales y reporteo. No hay que hacer la típica noticia llena de datos, porque la gente ya sabe eso. El dato duro la gente ya lo sabe o no lo entiende.

¿En qué momento los medios impresos empezaron a pelear por la famosa "primicia" con la radio, televisión e internet?
En el momento en que se empezó a ver un relativo éxito en esos medios. Se ve el periodismo como una carrera de caballo. El camino del periódico es otro. Es cierto que el diario no puede olvidarse de la televisión, la internet o la radio, pero sirve de manera complementaria. Puedes hacer una historia de lo que pasa en la televisión o de lo que pasa en internet, pero no se puede competir en velocidad con esos medios.

¿La forma en la que están administradas las redacciones son parte de las bajas ventas?
Allí está el error. Los medios bajan su publicidad y sus ingresos porque la gente lee menos; entonces, como la gente lee menos, baja su ingreso publicitario; si baja la ganancia publicitaria, baja el ingreso del medio; finalmente, se reduce la plantilla de la redacción. El efecto de esta última medida es que se sigue haciendo el mismo diario que la gente no está leyendo.

La solución es hacer un diario que la gente lea. Dentro de la estructura del medio el sueldo de un periodista no es nada; pero si vas a despedir a más periodistas los que quedan harán más cosas y peores.

Hay que entender el mensaje mundial: La gente lee menos diarios. ¿Qué hay que hacer? ¿Despedir a la gente? ¡No! La solución es tener periodistas capaces que sepan contar buenas historias. Hoy es el momento de salvar los diarios con las historias.

¿El periodismo portátil se puede hacer desde una redacción?
Sí, la esencia del periodismo portátil es la sobrevivencia. Yo encontré la supervivencia de ser free lance, pero hay otros que están bien en un medio.

¿Usted recomienda a todos  hacer periodismo portátil sin estar de planta en un diario?
No, yo digo que lo hagan dentro del periódico. Después todos irán desempleados a la puerta de mi casa a reclamarme porque los hice renunciar (ríe).
Fuente: www.eltelegrafo.com.ec