sábado, 13 de noviembre de 2010

Entre sombras

SALTILLO, México, noviembre 13.- La comunidad que durante más de 433 años se ha forjado con amor, temple, ingenio, inteligencia y perseverancia, está cambiando. Estas modificaciones incluyen desde luego una evolución social, tecnológica y científica.

Como a toda urbe, nuestra cita con el tiempo trae también elementos indeseables que plantean como fin primario el que sean superados lo más rápido posible y con el menor daño… los momentos de caótica violencia por la que atraviesa el país dejan sus cicatrices cada día en nuestra comunidad.

Vanguardia, como desde hace 35 años, pone todo su afán en ser un fiel reflejo de nuestra vida diaria. Para esto, cada una de nuestras acciones se finca en el profesionalismo, respeto y cariño a esta labor.

Hasta ahora, los embates de la violencia han sido comunicados por esta casa editora oportunamente en nuestras distintas plataformas informativas. Siempre al momento y sin matices.

Sin embargo, nuestra ciudad sufre como todo México por una violencia absurda, inexplicable e incalificable. Desafortunadamente a partir de los últimos días no hay las condiciones de seguridad necesarias para un ejercicio libre y profesional del periodismo.

De la misma manera en que ratificamos el compromiso con nuestros lectores, así somos claros en que entre ganar una nota y la integridad de los saltillenses, siempre elegiremos lo más valioso del ser humano: la vida misma.

Exigimos a las autoridades, de todos los órdenes, restituir los elementos más fundamentales para que cualquier ciudadano ejerza sus derechos, pues debe ser ésa su principal meta.

Trabajar bajo las sombras de la amenaza a nuestro cuerpo editorial es una condición más de los días de hoy, que nos obliga en ocasiones a dejar fuera alguna información. Confiamos en la llegada de mejores tiempos para todos nosotros.
Fuente:
www.vanguardia.com.mx

El enemigo de la prensa

Ricardo Trotti
CIUDAD DE MÉXICO, México, noviembre 13.- Sería muy simple culpar al crimen organizado de ser el "enemigo común" y el responsable de todos los males en contra de la libertad de prensa, según las opiniones coincidentes de los presidentes de México y Colombia, Felipe Calderón y Juan Manuel Santos, durante la asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa en Mérida.

La afirmación es verdadera, pero parcializada. El crimen organizado y, en particular el narcotráfico, es responsable de decenas de asesinatos de periodistas y atentados en contra de medios. Pero también es cierto que mucha de esa violencia proviene de funcionarios inescrupulosos o por la falta de voluntad política para perseguir a los asesinos, hacer reformas legales o limpiar poderes judiciales y policías corruptas.

Calderón prometió que los crímenes contra periodistas se federalizarán, y sistemas estatales de protección. Pero es tal la desconfianza, que hasta el diputado federal de su propio partido, Manuel Clouthier, descree las promesas. "No hay ambiente ni suficiente presión para reformar nada", sentenció; quizás, recordando que ninguno de los 106 asesinatos de reporteros mexicanos en los últimos 20 años fue totalmente resuelto.

Al crimen organizado se le puede achacar la violencia en contra de la prensa, pero es un efecto combatible. Sin embargo, el problema es cuando las agresiones provienen del propio Estado, cuando el gobierno construye un andamiaje legal que le permite transformar sus ataques en actos lícitos y aceptables. Después de todo, lo único que hace es aplicar y hacer cumplir la ley.

En la reunión de la SIP se desenmascararon estas arbitrariedades. En muchos países esa arquitectura legal la denominan "control social", como en Brasil, "nacionalización" de medios, como en Argentina, u observatorios y comisiones gubernamentales con la potestad de encarcelar periodistas, como en Ecuador o Bolivia.

Hay leyes con todas las excusas ya vigentes en Argentina, Bolivia y Venezuela; y proyectadas en Brasil, Costa Rica, Ecuador, Jamaica, República Dominicana y Uruguay. La actitud y la tendencia de los gobiernos es que se debe domesticar a la prensa a como dé lugar, como esta semana desde Brasilia prometió el futuro gobierno de Dilma Roussef, augurando que impondrá una nueva ley de medios a pesar de que haya o no consensos.

Por el contrario, las leyes que están cayendo en desgracia son las que obligan a los gobiernos a ser más transparentes. Las leyes de acceso a la información pública están inactivas, ineficientes o eliminadas, como en Ecuador. Y las proyectadas para transparentar el Estado en el uso de recursos públicos para la publicidad oficial, como en México y Argentina, son rezagadas o engavetadas.

En EU, ningún gobierno había perseguido judicialmente tanto la infiltración informativa como Barack Obama, mientras sus promesas de mantener el internet libre de cualquier intervención estatal, están a punto de desvanecerse con un par de proyectos en el Congreso.

Los gobiernos siguen comprando medios, expropiando a los independientes y cerrando a los considerados opositores. De esta forma, el fiscalizado pasa a ser fiscalizador, revirtiéndose el balance de poderes en la democracia.

El desafío es grande ante este sombrío panorama, pero ninguno tan importante como educar al ciudadano para que entienda que cuando matan a un periodista en México, cierran un canal en Venezuela, apresan a un reportero en Ecuador o denigran a otro en Argentina, no son los periodistas ni los medios los que pierden, sino el derecho de cada persona a saber, a estar libremente informada.

Que haya prensa mala, sensacionalista o tendenciosa no es tan malo, como que se le quite a la sociedad la capacidad de poder elegir y valorar los medios para informarse, dentro de una gama de medios independientes, plurales y diversos. Es ahí donde reside el valor de la libertad de expresión.

Mejor comprendería el ciudadano esta ecuación si supusiera cuán espinosa sería su vida si la información que envía por carta a un amigo o la que circula por su cuenta de Facebook, Twitter o en algún blog, fuera censurada por el gobierno, restringida por ley o lo arrastrara a la cárcel como en Cuba.

Se puede soportar que los delincuentes sean el "enemigo común", pero jamás se debería tolerar que fuera el gobierno, más aun si fue elegido.
Fuente:
www.eluniversal.com.mx

Lydia Cacho: 'Vale la pena apostar por un periodismo responsable'

Lydia Cacho, con el premio.


GUADALAJARA, España, noviembre 13.- La periodista mexicana Lydia Cacho recibió en la noche del viernes el I Premio Internacional de Periodismo Manu Leguineche, convocado por la Diputación de Guadalajara y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). El galardón supone el reconocimiento a una forma valiente y decidida de ejercer la labor periodística, a pesar de sufrir hostigamiento y violencia por el hecho de informar.

El trabajo de Cacho –plasmado en reportajes de investigación y libros de gran impacto, como Los Demonios del Edén o Esclavas del Poder– ha servido para denunciar las violaciones de los derechos humanos que ejercen las mafias dedicadas a la explotación sexual de mujeres y niños, así como sus conexiones con personajes públicos. Estas revelaciones le han costado represalias, detenciones arbitrarias y torturas.

Tras agradecer la concesión del premio -y recordar que publicó por primera vez en España en la revista Tela Marinera, que se editaba precisamente en Guadalajara-, la ganadora ha expuesto las dificultades que entraña el periodismo de investigación cuando no existe un respaldo de los grandes medios, como ocurre en su caso.

Pese a ello, Cacho ha asegurado que vale la pena apostar por "un periodismo responsable, ético y respetuoso, que pueda mirar a los otros como seres humanos y deje de vender historias que deshumanizan y nos dejan un mundo en el que cada vez más seres están siendo esclavizados".

El premio, dotado con 20,000 euros y simbolizado por un busto de Manu Leguineche, ha sido entregado en el Parador de Sigüenza por la presidenta de la Diputación de Guadalajara, María Antonia Pérez León, en un acto al que ha asistido presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y el propio Leguineche.

Tanto la ganadora como representantes de las entidades convocantes serán recibidos el próximo lunes en audiencia por los Príncipes de Asturias.

En su intervención, la presidenta de la Diputación ha explicado que, desde el primer momento, estuvieron claras dos cosas para definir el premio: "La primera que llevaría el nombre de Manu Leguineche, y la segunda que debía tener una utilidad social". Con estas bases, nació un reconocimiento que pretende honrar la figura y el trabajo de uno de los más grandes periodistas españoles de todos los tiempos, y reivindicar al mismo tiempo los principios de independencia, rigor y respeto a la verdad que siempre han estado presentes en su ejercicio profesional.

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, afirmó que la elección de Lydia Cacho va a prestigiar este premio de nueva creación, que ya venía con el aval de llevar el nombre de Manu Leguineche, a quien ha definido como "uno de los nuestros: un Hijo Adoptivo de Guadalajara y de Castilla-La Mancha con dimensión universal". Barreda ha elogiado el trabajo de la ganadora "como ejemplo del periodismo que pone el dedo en la llaga".

También la presidenta de la FAPE, Elsa González, ha reconocido "el compromiso y la capacidad de denuncia" de Lydia Cacho, autora de un periodismo "con carácter", y ha responsabilizado de la escasez de periodistas de investigación como ella a la falta de inversión de los medios.

El Premio Internacional de Periodismo Manu Leguineche cuenta también con el respaldo de la Asociación de Periodistas Europeos y la Federación Internacional de Periodistas (FIP). El jurado de esta primera edición, presidido por la presidenta de la Diputación, ha estado integrado por los periodistas Vicente Romero, Montserrat Domínguez, Felipe Sahagún, Marisa Ciriza, Miguel Ángel Aguilar, Francisco Audije y Nemesio Rodríguez, actuando como secretario Carlos Sanz Establés.
Fuente:
www.elmundo.es
Imagen tomada de www.elmundo.es

Crónica de ocho años de acoso

MADRID, España, noviembre 13.- Luis de Vega (Huelva, 1971) llegó como periodista de ABC a Marruecos por primera vez el 11 de julio de 2002. Antes de deshacer la maleta en Rabat, saltó la noticia de la llegada de miembros de las Fuerzas de Seguridad del reino a un islote cercano a Ceuta que en unas horas se haría famoso, el Perejil.

Era la guinda a unas relaciones bilaterales entre Madrid y Rabat que pasaban por momentos de gran crudeza. El 12 de julio, al día siguiente, el rey Mohamed VI celebró sus fastos nupciales y a palacio no fue ninguna autoridad española, ni siquiera de la Casa Real ni de la Embajada en Rabat. El diario ABC ha contado con corresponsales y enviados especiales a Marruecos desde décadas antes de que este país existiera como tal en la ONU. Todo, desde hace más de un siglo, está contado en las páginas de nuestro diario y nunca, hasta ayer, Rabat había retirado la acreditación a un periodista de esta Casa.

El Ministerio de la Comunicación hizo público un comunicado, a través de la agencia Map, en el que acusaba a De Vega de "difundir informaciones falsas" en la cobertura del conflicto del Sahara Occidental. Invocaba el artículo 22 del código de la Prensa, que exige a "los periodistas profesionales, incluidos los corresponsales, que ejerzan su trabajo en el marco del respeto a la soberanía nacional, la deontología profesional y las leyes en vigor".

Desde 2002 se habían lanzado acusaciones e insultos graves sobre Luis de Vega, decano desde hace dos años de los corresponsales españoles, pero nunca un Gobierno se había expresado en los términos en que lo hizo ayer el de Rabat.

Esas acusaciones se vierten además sobre el resto de corresponsales españoles en el reino, sometidos en los últimos meses a un acoso por parte de las autoridades que ha llegado a poner en peligro su integridad física. Varios de ellos, como De Vega, fueron víctimas de una masa incontrolada de ciudadanos el pasado 5 de noviembre y a punto estuvieron de ser linchados mientras cubrían el juicio a varios saharauis. Antonio Parreño, de TVE, y Eduardo Marín, de cadena Ser, resultaron heridos leves.

Durante la primera sesión de ese juicio, el pasado 15 de octubre, De Vega recibió la llamada de un alto cargo del Ministerio de la Comunicación que le dijo que el titular "Marruecos juzga al Sahara" era un "insulto" al país y que tendría consecuencias. Dos días después el diario más leído del país, Al Massae, ponía al corresponsal de ABC en la diana diciendo que había sido militar de la coalición que invadió Irak en 2003.

El ministro de la Comunicación y portavoz del Ejecutivo, Khalid Naciri, volvió a cargar contra ABC y la Prensa española el jueves en su última comparecencia pública. Calificó de "criminales, y no de militantes saharauis" las fuentes empleadas por los periodistas españoles. La capital del Sahara Occidental permanece cerrada a los periodistas españoles, a los que durante tres días seguidos las autoridades del reino alauí han impedido viajar. Tres periodistas de la cadena Ser, los primeros en romper el vacío impuesto por Marruecos, fueron expulsados ayer de un territorio cuya soberanía sigue en disputa 35 años después de la salida de España.

Sus fotos molestaron
El Gobierno de España hacía ayer gestiones para tratar de hacer dar marcha atrás a las autoridades marroquíes y que restituyan la acreditación a Luis de Vega. También intentaron a lo largo de esta semana que los periodistas pudieran desplazarse a El Aaiún y no fue posible. El Gobierno español mantiene su silencio oficial y la ausencia de quejas.

Luis de Vega ya estuvo en el punto de mira del Gobierno de Marruecos especialmente en 2005 por la cobertura que llevó a cabo ABC de la Intifada en el Sahara Occidental y por el seguimiento de la crisis de las vallas de Ceuta y Melilla. En El Aaiún agentes de Policía visitaron varias veces su hotel llegando a quitarle su máquina de fotos, que le fue devuelta una vez que habían borrado las imágenes. Fue trasladado a dependencias policiales en un par de ocasiones y abordado otras muchas por los agentes que le seguían, como al resto de periodistas, las 24 horas del día.

Ese mismo año las autoridades le advirtieron que su acreditación peligraba por los reportajes que publicó especialmente del seguimiento de los cientos de emigrantes subsaharianos que Marruecos abandonó en el desierto para que no saltaran las vallas de las dos ciudades autónomas españolas.
Fuente:
www.abc.es

Una vuelta a la pasión por el periodismo

La particular redacción de la peculiar revista Orsai se ubica en el jardín de la casa de su promotor.


MADRID, España, noviembre 13.- "Un medio donde haya pasión y no incentivos económicos". Esta fue la idea que empujó a Hernán Casciari, bloguero y escritor argentino, a embarcarse en un proyecto periodístico para el que ha elegido como compañeros de viaje a un buen puñado de amigos y familiares. La revista Orsai, cuya primera edición saldrá el próximo mes de enero, ha causado una gran expectación en internet y, de hecho, en estos momentos se han registrado en la web 4,270 peticiones de reserva del primer número.

Casciari explica por qué decidió lanzar esta publicación, que no tendrá publicidad ni tampoco subvenciones: "Hace año y medio me empezó a disgustar mi relación con los medios tradicionales, me irritaba tener que someterme a ciertas cortapisas publicitarias, así que hace algo más de un mes decidí renunciar a mis colaboraciones con el blog en El País, La Nación y la editorial Mondadori". Fue entonces cuando comenzó la aventura. "Llamé a mi buen amigo Chiri, a quien conozco hace muchos años, y le convencí para montar esto con el dinero que teníamos", agrega.

La revista es una respuesta, sin duda, a lo que se ha venido imponiendo en los últimos años en internet: la velocidad, la falta de reposo y los textos cortos. "Internet nos ha dado cosas muy buenas, pero también nos ha traído algo negativo, que no hay una lectura serena, pausada... ni siquiera los medios se atreven a publicar notas largas". Orsai" será todo lo contrario y vendrá a satisfacer las necesidades de mucha gente que "quiere desayunar por las mañanas con una lectura reposada".

"El jardín de mi casa"
En Orsai se hará periodismo narrativo, de investigación y literatura. Y lo harán personas apasionadas, con buena pluma y que además pondrán "mucho corazón" a sus historias. La revista es, como la define Casciari, "personal", ya que no va a tener secciones ni desgloses ni ninguno de los componentes tradicionales de cualquier publicación al uso. Tampoco los temas cumplirán con el patrón y, en este sentido, lo tiene muy claro: "Lo que no encuentro en ningún otro medio, eso será lo que publicaremos en Orsai".

Hernán Casciari no ha querido desvelar los contenidos que formarán parte del primer número, aunque ha recordado que todos los jueves irá desgranando los detalles de algunas de las historias más destacadas. Esta semana ha hecho lo propio al publicar algunos retazos de "El limbo, desde dentro", el reportaje de un periodista indocumentado que llega al aeropuerto de Barajas y que narra las horas anteriores a ser deportado. Este trabajo, junto al de ETA -del que no ha querido dar datos- y otro del escritor mexicano Juan Villoro, serán algunos de los elegidos para la puesta de largo.

Pero el proyecto de Casciari también es singular en lo que a la redacción se refiere, no sólo porque la forman 20 amigos y familiares, sino por su ubicación, el jardín de su casa, en un pueblo de la sierra de Barcelona. Todo un lujo, porque además debajo estará la pizzería que montará otro buen conocido del periodista argentino.

Venta y precios
El precio de Orsai es diferente en cada país. En España es de 16 euros. Además de los precios fijados (la lista se puede consultar en la página web), el pack de diez revistas se viene vendiendo con un 20% de descuento desde el 1 de noviembre y hasta el 10 de diciembre tanto para distribuidores, libreros, o diez lectores mancomunados.
Fuente:
www.abc.es
Imagen tomada de www.abc.es

Kapuscinski: ¿literatura o periodismo?

El libro Kapuscinski non fiction ha causado polémica en Polonia.


MADRID, España, noviembre 13.- Meses después de su publicación, la biografía de Ryszard Kapuscinski (Pinsk, 1932-Varsovia, 2007) todavía se exhibe en los escaparates de las librerías de Varsovia. El libro se ha convertido en un récord y no solo de ventas. Es difícil dar con gente en la capital polaca que no sepa quién fue Kapuscinski. Muchos no ven con buenos ojos su activa militancia en la Polonia Popular dejando de lado si nos contó toda la verdad en sus libros y reportajes. El tercer punto de discordia lo ha puesto Alicja, pediatra y viuda del periodista, que no parece nada contenta con que se haya aireado el pasado mujeriego de su esposo. De hecho ya prepara una tercera demanda -perdió las dos anteriores- contra Artur Domoslawski, autor del libro, que ha debutado con esta biografía en el género y se confiesa harto: "Una y no más".

Desde luego supo crear su propia leyenda. Monaguillo antes de la entrada de los rusos, miembro activo de las juventudes comunistas después, poeta..., Kapuscinski solía implicarse en todo lo que le rodeaba. No era un tipo pasivo. "Jamás de los jamases se debe abandonar una pasión", decía el creador del reportaje literario polaco. Libros como El emperador o El Sha eran y siguen siendo magníficos, pero ahora sabemos que "coloreaba" sus reportajes y que utilizaba licencias poéticas desde que empezó a redactar reportajes para completar algunos textos. Todo eso se desprende de la lectura de las más de seiscientas páginas de Kapuscinski non fiction, un trabajo exhaustivo de tres años, elaborado sin ánimo inquisitivo, desde el cariño y el respeto, a base de entrevistas y testimonios de más de un centenar de personajes. El reportero de Gazeta Wyborcza añade que "desde el principio quiso ser un gran escritor y experimentó con las formas hasta acabar por cruzar la frontera que separa el periodismo de la ficción, aunque poseía el talento de capturar el espíritu del lugar". Kapuscinski no pasaba lo que los americanos denominan el fact chucking. Expertos en Etiopía le reprochan algunas de sus afirmaciones sobre Haile Selassie -parece que el perrito del emperador no se orinaba en los zapatos de los cortesanos- y la editora norteamericana no sacó realmente nada en claro cuando trató de chequear para su publicación en Estados Unidos si algunos de los testigos tenían nombre y apellido, pero el libro no ha perdido su valor. El problema es dónde colocar a Kapuscinski en las estanterías: ¿literatura o periodismo?

Al margen de los datos puramente biográficos, Kapuscinski non fiction desvela cómo se vivía en su país en los años de la Polonia Popular donde todo pertenecía al Estado y cómo un grupo de sindicalistas, apoyados por el papa Juan Pablo II, fueron capaces de tumbar al régimen. Para explicar lo ocurrido en esos años los polacos suelen contar en tono irónico que dentro del campo de concentración que fue el comunismo, ellos ocupaban el barracón más divertido porque dentro de su país existía cierta libertad de expresión cultural. Sin ella no hubieran sido posibles personajes como Szymborska, Wajda, Kieslowski y el propio Kapuscinski.

Educado en la cultura bolchevique, Kapuscinski no estaba acostumbrado a la crítica: "¡Pero qué desgraciado! ¿Cómo se puede escribir eso?", argumentaba ante las acusaciones, aunque jamás contestó a ninguna opinión contraria a su trabajo. Claro que en Polonia casi todos le adoraban y solo al final de su vida surgieron las primeras voces discordantes. En el ambiente político de revanchismo que se vivió en la década de los noventa, donde cualquier cargo público era investigado para descubrir su pasado comunista por el recién creado Instituto de Memoria Nacional donde se guardaban los documentos de la policía secreta, Kapuscinski vivió con verdadero enojo que se revisara su pasado. "¿Qué tipo de verdad es esa?", protesta su biógrafo. "Polonia era una dictadura y la mayor parte de la gente participaba en el sistema, pero él nunca ocultó sus ideas ni cuando estaba a favor ni cuando se puso en contra". Sobre su colaboración con el espionaje de su país, Kapuscinski en ocasiones pasaba, por el mismo procedimiento por el que enviaba las crónicas, informes sobre países como Kenia, Chile, Etiopía o Angola que leían un círculo limitado y la cúpula del partido. Al pasarlos, simplemente advertía de que no eran para publicarse y, al menos un par de veces, esos textos se publicaron por error ocasionándole no pocos problemas.

Biógrafo y autor se conocieron en la redacción de Gazeta Wyborcza, donde trabajaban ambos. Un artículo sobre Colombia llamó la atención del maestro y pidió conocerle. Aquella conversación se alargó nueve años durante los que se hicieron inseparables. "Compartíamos una manera de ver las cosas, nunca pensé mientras vivía que acabaría escribiendo sobre su vida".
Fuente:
www.elpais.com
Imagen tomada de www.elpais.com