lunes, 30 de agosto de 2010

Aconsejan a periodistas hondureños no ir a Tamaulipas, donde fue masagre de migrantes

Tegucigalpa, Honduras, agosto 29.- El primer medio de comunicación en llegar a la zona de la masacre en el estado Tamaulipas, México, fue La Prensa, hasta ahora, el único que pudo ingresar.

Seguido al diario de mayor circulación en Honduras salieron medios escritos y televisados queriendo obtener de primera mano testimonios e imágenes en donde fueron asesinados al menos 16 hondureños identificados a la fecha.

La noche del sábado las autoridades consulares en México se comunicaron a la Cancillería para decirles que la situación en México era de alto riesgo, especialmente en el estado de Tamaulipas que por favor llamaran a los directores de los medios de comunicación que tenían reporteros en esa localidad para que los retiraran de inmediato.

"Hemos recibido información desde México para que me comunique con los medios que tienen reporteros en México para que los retiren de la zona porque el consulado hondureño no les puede dar protección.

Por favor comuníquense con sus compañeros para que desalojen la zona de inmediato, el consulado no puede protegerles, a ellos les llegó la orden del ministerio de Relaciones Exteriores Mexicano", informó la directora de prensa de Cancillería, Leonila Madrid. Hasta anoche un medio escrito que se edita en Tegucigalpa envío su reportero hacia México pero se conoció que llegó hasta el Distrito Federal.

También dos televisoras importantes del país detuvieron sus reporteros que salían hacia México por las recomendaciones de la Cancillería. Los reporteros de La Prensa fueron evacuados hacia el Distrito Federal por cuestiones de seguridad siguiendo las recomendaciones de la Cancillería.


Fuente: www.laprensa.hn

Recomienda periodista colombiano ética a sus pares mexicanos

Distrito Federal, México, agosto 30.- Al comparar a México con un enfermo grave, el periodista colombiano Javier Darío Restrepo recomendó a sus colegas mexicanos actuar con ética, sin dejar de ser prudentes y mantener la unidad frente a la amenaza de la delincuencia.

"No teorizo, hablo de lo que he vivido", señaló al recordar que en Colombia quedó demostrado que "ante la crisis, los terroristas deben encontrar una sociedad y un periodismo unidos porque ellos buscan cualquier resquicio para imponer sus condiciones".

Recordó que los delincuentes amenazan no sólo a los periodistas, sino a la patria, pues además de imponer su negocio ilegal intentan hacerse de poder a través del soborno o de las armas, por lo que los periodistas deben reaccionar con unidad y ética.

México es un enfermo grave y "cuando hay alguien en esa condición, nadie entra taconeando, sino con una actitud reverente frente a una vida en riesgo" y eso es lo que deben hacer los periodistas mexicanos: informar sí con convicción, pero con ética, expuso.

En el mismo foro Alejandro Páez, de El Universal, aseguró que en México hay en marcha un proceso de descomposición que avanza en distintos grados, según la región del país de que se trate.

La suma de la "apatía federal deliberada, más la colusión de policías locales con delincuentes ha dado por resultado el acoso en el que los periodistas viven en el país", señaló.

Ejemplificó con el caso de Armando Rodríguez "El Choco", reportero del Diario de Juárez que fue asesinado presuntamente hace año y medio, cuyo caso no se ha esclarecido, aunque la investigación ha ido y vuelto tres veces del ámbito federal al local.

Su viuda, Blanca Martínez, no ha recibido indemnización pues el periódico consignó el hecho ante el Instituto Mexicano del Seguro Social como accidente simple y no como riesgo de trabajo, pues de haber sido así sus costos de operación lo harían financieramente inviable.

Rosario Mozo, del semanario Zeta de Tijuana, destacó a su vez que el crimen organizado ha creado en algunas partes de la República una especie de "paragobierno", que quiere imponer las reglas ante una autoridad que no cumple su función.

Ante ello consideró que la solución es ser más cuidadoso en el manejo de la información, además de sostener comunicación entre todos los integrantes del equipo periodístico, para que nadie tenga información privilegiada que ponga en riesgo su vida.

En su oportunidad, Pascal Beltrán del Río, de Excélsior, señaló que la irrupción de la delincuencia organizada "tomó por sorpresa a las redacciones" y por ello ahora los periodistas tienen que aprender a lidiar con el fenómeno.

En todo caso, la clave es que la autoridad acabe con la impunidad y los medios de comunicación busquen ángulos útiles de la información sobre los índices delictivos, para reconstruir los tejidos sociales.

A su vez, Carlos Zúñiga, de Milenio, señaló que la delincuencia ha comenzado a amenazar directamente a los periodistas y no necesariamente por dinero.

En ocasiones, dijo, a los delincuentes les interesa más lo que no se publica y por ello los periodistas han comenzado a autocensurarse, porque "el gobierno perdió la guerra de la información".



Fuente: www.eluniversal.com.mx

Afirman que atentados contra periodistas suben con la delincuencia

Zacatecas, México, agosto 30.- Los atentados contra periodistas en México "se incrementan en la misma sintonía que la actividad delincuencial", reconoció la Comisión Nacional de Derechos HUmanos (CNDH).

En voz de Juan Pablo Piña Kurczyn, director general del Programa de Agravio a Periodistas y Defensores Civiles de los Derechos Humanos, la dependencia federal aseveró que los periodistas no están solos.

Entrevistado luego de inaugurar el Taller para Periodistas en Derechos Humanos en esta capital, lamentó el homicidio de 64 comunicadores en la última década y la desaparición de 12 más desde el 2005 a la fecha.

Aceptó que la CNDH no tiene injerencia en conocer la denuncia ni investigar los casos de los atentados o agravios contra periodistas por parte del crimen organizado.

Aclaró que sí puede actuar cuando hay omisiones o presiones por parte de la autoridad responsable de investigar y atender el delito.

Además, patentizó la existencia de una cantidad mayor de agravios a periodistas debido a las llamadas cifras "negras".

Informó que en el año 2000 se registraron cuatro asesinatos de periodistas; en 2008 ascendió a 10; y para 2009 alcanzó 12; mientras que en los ocho meses de este año ya se tienen reportadas siete muertes.

Respecto a las desapariciones de periodistas, el entrevistado explicó que en el año 2001 se denunció una; en 2006 fueron dos, y en el presente año ya se tienen registradas tres.

Aunque dijo que Derechos Humanos no puede actuar de manera directa en las investigaciones de atentados contra periodistas cuando provienen de la delincuencia organizada, sí brinda apoyo a través del programa de atención a víctimas del delito.

La atención que se les da es sicológica y la CNDH puede intervenir en el caso de que la autoridad responsable incumpla con su función.

Finalmente, consideró que los atentados contra periodistas en Zacatecas "no es una situación tan grave", pues sólo se han presentado ocho, comparada con la que pasa en lugares como el Distrito Federal, con 62 denuncias; Oaxaca, 38; y Veracruz, 27.



Fuente: www.notimex.com.mx

La Federación de Periodistas condena el atentado contra Televisa y la violencia en México

Bruselas, Bélgica, agosto 30.- La Federación Internacional de Periodistas (FIP) ha condenado la explosión de un coche bomba situado en las inmediaciones de las instalaciones de Televisa, uno de los principales medios de comunicación mexicanos, y ha destacado la escalada de violencia que vive el país.

La FIP condenó en un comunicado el ataque sufrido por Televisa en el estado de Tamaulipas, zona fronteriza con Estados Unidos, en la madrugada del pasado sábado.

La explosión, que se produjo pasadas las doce de la noche locales, no causó víctimas mortales, pero provocó la interrupción de la señal de transmisión, fallos en el servicio de energía y daños en las instalaciones del medio y en las edificaciones aledañas.

La FIP también denunció el hallazgo por parte de las autoridades mexicanas el martes, igualmente en el estado de Tamaulipas, de 72 cadáveres de emigrantes procedentes de América Central y del Sur.

Un sobreviviente de la tragedia atribuyó las muertes a una organización criminal de narcotraficantes, recordó la FIP, para la que "el atentado se suma a la creciente violencia que azota al país", que ha dejado más de 28,000 muertos desde que asumió la presidencia Felipe Calderón en diciembre de 2006, apuntó

Además, indicó que en la última década 64 periodistas fueron asesinados, y que desde 2001 se han registrado 12 comunicadores desaparecidos, bombas en sedes de medios de comunicación y cientos de secuestrados y amenazas, que "hacen parte de la cotidianeidad de terror que padece la prensa y la sociedad mexicana".

"México es uno de los países más peligrosos para la prensa a nivel mundial", indicó en la nota el vicepresidente de la FIP, Gustavo Granero.

"Esto hace evidente el fracaso del Estado para garantizar la libertad y seguridad que hacen posibles el ejercicio periodístico en toda democracia", agregó.

En ese sentido, exigió al Gobierno "implementar políticas serias y reales para la protección de los trabajadores de la prensa y la libertad de expresión".

"En estos tiempos de zozobra, los trabajadores de la prensa se deben unir, dirigirse a sus asociaciones para coordinar medidas de seguridad y tomar las máximas precauciones", concluyó Granero.

La FIP representa a unos 600,000 periodistas en países y tiene su sede en Bélgica.



Fuente: www.efe.com/

Reportan en Hidalgo dos agresiones a periodistas en agosto

Pachuca, México, agosto 30.- La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH) reprobó las distintas agresiones contra periodistas, que en este último mes han sumado dos y cuyos responsables son presuntamente autoridades municipales.

El titular de la CDHEH, Raúl Arroyo, expresó su preocupación ante los hechos en contra de reporteros locales cuando ejercían su labor periodística.

El ombudsman de Hidalgo dejo en claro que hasta el momento no es posible determinar si hubo una violación clara a los derechos humanos de aquellos que se dedican a informar; no obstante, aseveró: "debemos integrar las quejas iniciadas con una rigurosa investigación para determinar, en el curso normal y en su caso emitir la resolución correspondiente, son preocupantes casos como este que pueden trascender en una creciente violación a la libertad de expresión".

Explicó que en este mes se han presentados dos quejas ante la CDHEH, mismas que están ligadas a dos hechos probables de agresión contra periodistas en Tizayuca y Tula de Allende.

"Entendemos y compartimos la preocupación de los comunicadores por el hecho de que en tan poco tiempo se presenten dos potenciales casos de ataques al ejercicio periodístico", agregó.

Arroyo informó que las investigaciones realizadas por el personal jurídico de la Comisión, determinarán si hubo o no una violación a los derechos humanos de los periodistas quejosos.

"Nosotros tenemos ya las quejas iniciadas, en Tizayuca y en Tula, la investigación que realizamos para integrarlas y determinar jurídicamente la resolución respectiva nos conducirá al pronunciamiento que emitiremos con toda oportunidad."

El presidente de la CDHEH también hizo un enérgico llamado a las autoridades municipales acusadas por los comunicadores. Dijo que se debe valorar la importancia que el trabajo periodístico representa en una sociedad democrática.

"Debemos comprender que el respeto a quienes ejercen este oficio y a su trabajo son esenciales para construir una cultura de respeto a los derechos humanos que apunta el estado democrático y de derecho", indicó.

En cuanto a los medios de comunicación y a las personas que se desenvuelven en los distintos espacios noticiosos, señaló "tienen el total apoyo del ombudsman hidalguense para que su labor no se vea restringida".

Claves

Homicidios

Raúl Arroyo también insistió que "en cuanto nuestras investigaciones nos indiquen si existió o no alguna agresión lo informaremos a través de la resolución correspondiente".

En enero de este año fueron asesinados los comunicadores Valentín Valdés Espinosa, en Coahuila; José Luis Romero, en Sinaloa; y Jorge Ochoa Martínez, en Guerrero sin que hayan sido esclarecidos los casos.

El pasado 7 de agosto, cientos de periodistas marcharon en distintos estados de la República Mexicana en defensa de la libertad de expresión y para exigir el cese de las agresiones, la intimidación y acoso de los que son objeto al realizar su labor informativa.



Fuente: www.milenio.com

Desde Abajo: Periodista detenido en Tizayuca

Luis Alberto Rodríguez

México, agosto 30.- El jueves 26, los reporteros Seth Nahúm Ramírez Cerón del semanario Intuición y Andrés Reyes Téllez corresponsal en Hidalgo de la revista Alarma, fueron aprehendidos por la Policía Municipal de Tizayuca, en el curso de su trabajo informativo. Se trasladaron a la cárcel distrital del municipio, acudiendo a un supuesto amotinamiento de reos, donde, tras captar el operativo, los efectivos los aseguraron "con amenazas y agresiones". Solo Ramírez Cerón fue consignado por el Ministerio Público acusado de resistencia, desacato, allanamiento de morada y evasión de reos. Gracias a la solidaridad de amigos y familiares, el periodista salió libre bajo caución en la tarde del sábado 28, informó Juan Antonio Ríos Carbajal, director del medio; no obstante, exigen el esclarecimiento total de los hechos, la absolución total del reportero y sanciones correspondientes a los responsables de "este atentado contra la libertad de expresión". La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo ya investiga la presunta violación.

La policía municipal de Tizayuca ocupa el cuarto lugar estatal en quejas por violaciones a los derechos humanos, según la CDHEH. Se le acusa por abuso de autoridad y excesivo uso de la fuerza pública. Así fue que en abril del 2009, la Comisión registró con el número CDHEH-I-1-0997-09 una solicitud de intervención en dicha cárcel distrital, pues una custodia presuntamente obligó a una menor de 16 años de edad a desnudarse y realizar "sentadillas" cuando visitaba a un familiar interno. El preso acusó que la policía obligó a su pariente a repetir el ejercicio antes de permitirle ingresar al área de visita.

Ese contexto histórico rodea el caso de los reporteros detenidos, en el cual Ríos Carbajal asegura que no son verdaderas las acusaciones de la autoridad municipal, pues los periodistas no se introdujeron a las instalaciones de la cárcel distrital, de tal manera que su detención se efectuó afuera del presidio.

Al parecer, dice Intuición, "Seth Nahúm logró grabar el video cuando estaban tirando, uno de los elementos dio la orden de detenerlos, por lo que fueron asegurados, les quitaron los teléfonos celulares y sus pertenecías. De igual forma los policías se percataron que Andrés Reyes también grabó en audio desde el inicio de la agresión y le quitan su grabadora en la que tenía las injurias y amenazas, sacándole el casete y guardándoselo un policía".

Detalló que Ramírez Cerón en todo momento se identificó como reportero del semanario Intuición, sin embargo "no quisieron comprobar tal situación, por lo que inmediatamente fue puesto a disposición del Agente del Ministerio Público".

En tanto, la CDHEH registró la denuncia bajo el número CDHEH-I222202010. Raúl Arroyo, presidente del organismo, expresó en un comunicado su "preocupación ante el nuevo hecho de una probable agresión de autoridades municipales de Tizayuca en contra de reporteros de medios de comunicación locales".

El ombudsman estatal destacó que, aún cuando en este momento no es posible determinar si los hechos constituyen una violación a los derechos humanos de los comunicadores, "son preocupantes casos como este que pueden trascender en una creciente violación a la libertad de expresión"

Por su parte Seth Nahúm Ramírez Cerón dijo que seguirá el procedimiento conforme a la ley para comprobar su inocencia, mientras continúa con las denuncias respectivas por el atentado a sus derechos.

Con este caso, ya son dos los atentados a periodistas registrados en Hidalgo, tan solo en el mes de agosto. El primero ocurrió en Tula, donde la reportera del diario Plaza Juárez, Verónica Monroy, acusó haber sido amenazada de muerte por el regidor panista Gregorio Domínguez Chávez.



Fuente: www.milenio.com

Fallece a los 49 años el periodista Carlos Torreiro

Barcelona, España, agosto 30.- El periodista Carlos Torreiro falleció ayer en su domicilio de Barcelona a los 49 años de edad, según lamalla.cat, diario digital de la Xarxa Audiovisual Local (XTVL) de la Diputación de Barcelona.

Torreiro era desde hace seis años el responsable de informativos y coordinador de medios de la XTVL, que incluye la XTVL, COM-Ràdio y lamalla.cat.

En el pasado, Torreiro había trabajado para los informativos de la Cadena SER y fue subdirector de informativos de RNE en Cataluña.



Fuente: www.elpais.com

El periodista internacional

Justo Navarro

España, agosto 30.- Cruzábamos el Arno por el puente de la Victoria, en Pisa, y vio la fortaleza. Me preguntó qué era aquello. Era la Cittadella Nuova, construida por los florentinos en el siglo XV, destruida por los propios pisanos, reconstruida a principios del XVI, signo definitivo del poder de Florencia y del hundimiento político, económico y militar pisano. Carlos Mendo viajaba como un investigador, interesado, expectante. Fue a vernos a Pisa en el otoño de 2009, por el gusto de que nos encontráramos, tan generoso, todavía ni hace un año. En la Ciudadela hay unos jardines y un cine, quizá el cine de verano más bello que existe. A Carlos también le interesaba el cine, el de Hollywood. La última película de la que me habló apasionadamente fue Gran Torino, de Clint Eastwood.

Sentía Carlos Mendo verdadero fervor español, pero demostró muchas veces un deseo imbatible de irse de España. Yo diría, por las cosas que me contó a lo largo de los años, que le atraía lo extranjero, lo extraordinario. Uno de sus primeros recuerdos era la visita a su colegio, en 1940, del mariscal Pétain, embajador de París en la España de Franco, antes de tomar el poder en Francia. Carlos, niño, sostenía un estandarte. Y, en cuanto acabó sus estudios en la Escuela de Periodismo, participó como corresponsal en la guerra de Ifni. Los periódicos españoles publicaron las crónicas de un Carlos Mendo de 24 años, que contaba la Nochevieja de 1957 en Ifni, amenizada por Carmen Sevilla, Gila y Elder Barber. El joven periodista registró la vibración del Grupo de Tiradores y la Bandera Paracaidista del Ejército de Tierra, pero también percibió los aspectos contradictorios del esplendor patriótico: los artistas actuaban "sobre un tablado inseguro y con un piano desafinado". A la hora de comer las uvas, "quizá en vez de campanadas tengamos cañonazos".

En la primera juventud, casi en la adolescencia, se había ido a un campo de trabajo en el campo inglés, a recoger patatas o algo así, me contó. Me pareció admirable. Salir de España en aquellos tiempos correspondía, si acaso, a privilegiados, o a condenados y malditos. Carlos no era ninguna de las tres cosas. Se convirtió en políglota y, después de Ifni, la UPI se lo llevó a su delegación en Roma, cerca de la Embajada española ante la Santa Sede y de la habitación donde murió Keats. Fue vecino de un monseñor retorcido y tuvo como colaborador a un romano, mussoliniano devoto, recalcitrante y divertido jugador de cartas. Aprendió que el periodismo limita con la diplomacia y la política.

Y entonces se vio dirigiendo la agencia oficial franquista, Efe, en el momento en que empezaba la autodestrucción del franquismo, de míster Hyde a doctor Jekyll. Me contó que vio desde el principio que, si la agencia de la dictadura quería expandirse por países democráticos, sus noticias debían ser creíbles, libres. En esa contradicción se movió Carlos Mendo, periodista internacional, de América a Asia. ¿Cómo entrar en Japón? Recurriría a los jesuitas, recordando la fundación de misiones por San Francisco Javier, en Japón, a mediados del siglo XVI, mucho antes de que llegara Carlos Mendo.

Conocí a Carlos hace más de 10 años, en Nerja, gracias a Félix Bayón y su instinto para la amistad y las afinidades. Apartado ya del ruido inmediato de la redacción del periódico, Carlos pensaba entonces escribir sus memorias, o eso me dijo. Yo he tenido la alegría de que me haya ido contando algunos capítulos todos estos años. Me asomó a la Embajada de Londres, y a la Casa Blanca, y a la Asamblea General de la ONU, y a los cuarteles de la OTAN. Me contó cómo se vive en Washington y en Sudáfrica. Me recitó las capitales de todos los Estados Unidos de América (la de Alaska es Juneau; la de Wyoming, Cheyenne, por ejemplo). Sé de sus amistades mormonas en Salt Lake City, capital del Estado de Utah, y de algunas peculiaridades del confesor de Francisco Franco y Carmen Polo. Mi amistad con Carlos Mendo ha sido una larga conversación feliz, una estupenda discusión.

No es que no coincidiéramos. En algunas cosas éramos fundamentalmente antagónicos. Cuando discutíamos a fondo, vehementes, yo tenía ventaja, porque para mí Carlos Mendo era un maestro. Yo aprendía siempre. Llevaba años leyéndolo en El País con admiración, enviado especial en Johanesburgo en los últimos años ochenta, cronista fiel de unas "elecciones solo para blancos", o testigo en la Casa Blanca de los años noventa, en la corte de Clinton. Y luego llegó Bush II, y aumentaron las cosas en las que no podíamos ponernos de acuerdo, y lo sabíamos, y eso no era un motivo para dejar de hablar, sino para seguir hablando y desear reencontrarnos, y volver a una discusión que apaciguaba Amparo Soria, la mujer de Carlos, más equilibrada o más tranquila, o con mejor juicio que nosotros.

Yo he oído, he aprendido. Porque Carlos Mendo manejaba siempre datos incombustibles. Una discusión sobre la Palestina actual nos llevaba a la caída del Imperio Otomano o, más lejos, a la heroica resistencia suicida de los judíos frente a Roma en la fortaleza de Masadá, al sudeste de la orilla occidental del mar Muerto, al principio de la era cristiana. Carlos había visitado Masadá en alguna guerra reciente. Conocer a un maestro es una sorpresa, un don, una alegría. He tenido la suerte de la amistad de Carlos, cuando iba sintiéndose solo, entre los últimos de una generación de periodistas de la que había sido uno de los más jóvenes y uno de los mejores. Nos hemos reído, nos hemos reído mucho, Carlos y yo. Tengo la costumbre feliz de conversar con él. Leo cosas estos días, cuando ya no está, y sigo pensando en que parecen escritas para comentarlas con Carlos en el próximo encuentro.



Fuente: www.elpais.com

Dura columna de Wall Street Journal contra ‘ataque’ oficial a la prensa argentina

Buenos Aires, Argentina, agosto 30.- En una nota de opinión con fuertes críticas a la relación del Gobierno con los medios críticos y al intento por controlar la producción del papel para diarios, el diario neoyorkino The Wall Street Journal advirtió que la Argentina "se encamina a un regreso al gobierno autoritario".

El artículo en ese periódico, uno de los de mayor influencia global entre los diarios de economía y finanzas, considera, ya desde el título, que la presentación oficial de la investigación sobre Papel Prensa y el anuncio de un proyecto para controlar la producción de esa empresa se trata de un "ataque de Kirchner a la prensa".

La nota, ubicada en la sección de opinión y firmado por la periodista Mary Anastasia O'Grady, sostiene que la ofensiva del Gobierno busca "despojar" a Clarín y La Nación de su propiedad "en el mayor proveedor nacional de papel de diarios".

Señala, además, que, "desde hace un tiempo, las críticas de la prensa se han encontrado con respuestas vengativas del Gobierno", como los distintos embates contra el Grupo Clarín. Y sostiene que "los medios impresos, en particular Clarín y La Nación, siguen siendo una amenaza para Kirchner" y que "es por eso que la Presidenta va detrás de Papel Prensa, para controlar la provisión de papel para imprimir y encarcelar a los directivos de ambas empresas".

La nota cita una frase de Elisa Carrió con la que la líder de la Coalición Cívica sostuvo que "comienza una fase dictatorial muy clara" debido a que uno de los pilares de la República "es la libertad de expresión y el derecho del pueblo a ser informado".

Detalla asimismo los padecimientos de la familia de David Graiver, el anterior dueño de Papel Prensa, y la actual posición divergente de su hermano Isidoro y su viuda, Lidia Papaleo. O'Grady también sostiene en su artículo que mientras Cristina Fernández de Kirchner "ha encerrado a militares, no ha llevado a los Montoneros a la Justicia".

Según The Wall Street Journal, "la sociedad argentina tiene temores" pero "sigue vibrante" y entiende "que aún tiene derechos". Y concluye que, pese a la embestida oficial, "aún es muy pronto para sentenciar la muerte de la libertad argentina".



Fuente: www.clarin.com

La policía china detiene a cuatro reporteros que cubrían el funeral tras accidente aéreo

Pekín, China, agosto 30 (EFE).- La policía china detuvo durante unas horas a cuatro periodistas que cubrían los funerales de las víctimas del accidente de aviación en la provincia de Heilongjiang (noreste), según ha informado el diario oficial Global Times.

"Dos periodistas se acercaron y me preguntaron si yo también lo era. Contesté que sí y me dijeron que les acompañase sin explicarme los motivos", explicó al diario uno de los reporteros detenidos.

Después de que varios colegas de los detenidos protestaran frente al lugar en el que se estaba celebrando los funerales, los cuatro periodistas fueron puestos en libertad.

Los portavoces del departamento policial indicaron que la detención se debió a un malentendido, sin dar más explicaciones al respecto, agregó el periódico.

Organizaciones defensoras de la libertad de prensa como Amnistía Internacional (AI) o Reporteros Sin Fronteras (RSF) denuncian que el régimen comunista es uno de los países más censores del mundo, junto con Cuba, Corea del Norte e Irán.



Fuente: www.elmundo.es

Javier Duarte refrenda compromiso de seguridad con periodistas

Veracruz, México, agosto 30.- Ante los hechos de violencia que se viven en el país, el gobernador electo de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa refrendó el compromiso con la sociedad veracruzana y con los periodistas de resguardar la seguridad del estado, esto luego de la ola de atentados en contra de las libertades de expresión en algunos estados.

Duarte de Ochoa, en entrevista exclusiva para este medio consideró que México vive momentos difíciles, ante ello reconoció la labor que día a día realizan los reporteros, columnistas, conductores, editores, jefes de informaciónn, para informar a la sociedad.

El político del Partido Revolucionario Institucional dijo que trabajará a partir del primero de diciembre para mantener un clima de paz, tranquilidad, armonía, "queremos mantener las condiciones para que nuestros hijos puedan vivir a plenitud, con todas las libertades y sin ningún temor de que pueda suceder algo", aseguró.

"Refrendo a los periodistas y a toda la sociedad que mi gobierno será dedicado a garantizarles este ambiente de paz de tranquilidad para que ustedes como hacedores y comunicadores de la información puedan desarrollar a plenitud su participación y sus actividades profesionales" sostuvo Duarte de Ochoa.

El diputado federal con licencia, subrayó que en la entidad los informadores trabajan en plena libertad de expresión toda vez que en los medios (radio, televisión, prensa escrita), "se expresa con toda puntualidad los sucesos día a día según lo que corresponda o lo que a su interés o parecer deben de informar, estemos o no de acuerdo" matizó.

Abundó con entera seguridad que el periodismo con esa acción y esa libertad, consagrada en la propia constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, tendrá todo el apoyo y todo el respaldo por parte de la administración que tomará posesión el primero de diciembre, "la libertad de expresión se debe ejercer a toda plenitud y así yo garantizaré que se haga", afirmó mientras tomaba un café.

Por último calificó de magnifico el ejercicio periodístico de los veracruzanos "Creo que ustedes han dado ejemplo de una gran capacidad, gran profesionalismo y una gran sensibilidad. Hay quienes son mesurados y hay quienes en la manera de ser sensacionalistas o alarmantes es la manera de advertir a la sociedad lo que sucede desde su óptica, pero eso se respeta" aseveró.



Fuente: www.elgolfo.info

México y el espejo colombiano

Bogotá, Colombia, agosto 30.- A las seis de la mañana del viernes 13, el periodista Darío Arizmendi Posada, director del programa 6 am Hoy por Hoy, de la cadena radial Caracol –el espacio de noticias más escuchado de Colombia–, anunció al aire que haría un editorial sobre el atentado con coche-bomba ocurrido el día anterior y que causó heridos y daños al edificio, así como a la zona aledaña a la emisora.

Un día antes, a las 5:27 horas, Arizmendi acababa de sentarse en la cabina, en el octavo piso de la estación, cuando los oyentes escucharon el estallido. Él mismo dio la noticia: "Atención, se acaba de presentar una gravísima explosión aquí en el estudio de la Cadena Caracol de Colombia, en el máster central. Ha caído buena parte del techo sobre los estudios de la primera cadena de América Latina".

Arizmendi fue sacado de las instalaciones por sus cinco escoltas, quienes consideraban posible un segundo ataque, por lo que llevaron al periodista a un refugio.

A media mañana del jueves 12, los investigadores establecieron que el atentado fue ejecutado con un automóvil cargado con 50 kilos de anfo (explosivo a base de nitrato de amonio), robado el 31 de julio a un suboficial del Ejército. Todo ese día la zona del ataque fue cerrada mientras se sacaban los escombros de los estudios de Caracol y se hacía el recuento: nueve heridos y daños a 71 locales comerciales y 322 viviendas.

Arizmendi regresó a su lugar de trabajo al día siguiente para transmitir su editorial, en el que envió un mensaje a los autores del ataque: "Pueden temblar los cimientos de este edificio, pero no nos vamos a dejar intimidar de los terroristas". Se quejó, además, porque dos semanas antes la policía retiró la vigilancia de la emisora, que recientemente había sido objeto de otros ataques. Arizmendi salió de Colombia en marzo de 2007 en un exilio forzado del que regresó un año después.

El 11 de octubre de 2009, las autoridades descubrieron un plan de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para atentar contra otro periodista de la misma cadena radial, Herbin Hoyos, autor del programa Las Voces del Secuestro, espacio que se convirtió en canal de comunicación entre las familias y al menos dos centenares de personas retenidas por grupos al margen de la ley.

Tres décadas bajo fuego

La explosión del vehículo frente a la sede de la cadena radial hizo recordar de inmediato la prueba que ha tenido que soportar el periodismo colombiano desde hace cerca de tres décadas, durante las que ha sido atacado sistemáticamente por los diferentes actores de la violencia. Primero fue el narcoterrorismo, luego el paramilitarismo, después la narcoguerrilla y por último la parapolítica.

Un registro actualizado de la Unidad de Respuesta Rápida, dependencia de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), indica que entre 1993 y lo que va de 2010 en Colombia han sido asesinados 132 periodistas, el último de ellos el pasado 19 de marzo: Clodomiro Castilla Ospino, director de la revista El Pulso del Tiempo y reportero de la emisora La Voz de Montería. Castilla era conocido por las insistentes denuncias que formulaba contra políticos de la provincia de Córdoba por corrupción y por sus vínculos con grupos al margen de la ley.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos reprobó este asesinato y reconoció la rápida reacción del gobierno para iniciar una investigación, pero se quejó porque "al momento de los hechos el periodista no contaba con protección del Estado", que según la entidad había sido requerida desde noviembre de 2009.

De acuerdo con las indagaciones de la SIP, de los 132 comunicadores asesinados, 59 lo fueron por su ejercicio profesional; sobre 22 más hay dudas en la identificación de los autores intelectuales y en otros 50 casos la SIP cree que se trata de episodios no relacionados con el quehacer periodístico.

La persecución al ejercicio del periodismo en Colombia viene de comienzos de los ochenta, cuando el Estado empezó a luchar frontalmente contra el narcotráfico, en particular contra el cártel de Medellín. Los jefes del tráfico de cocaína –encabezados por Pablo Escobar Gaviria y José Gonzalo Rodríguez Gacha, "El Mexicano"– desataron una guerra sangrienta contra los comunicadores o medios que informaran sobre sus actividades o se mostraran de acuerdo con la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.

Entre 1984 (con el asesinato del ministro de Justicia Rodrigo Lara, la primera acción desafiante de los cárteles) y 1993 (con la muerte del capo Pablo Escobar) Colombia vivió la tragedia del narcoterrorismo en una guerra del narcotráfico contra el Estado, que dejó al menos dos mil muertos.

En ese capítulo el periodismo pagó una cuota muy alta que se inició con el asesinato, el 17 de diciembre de 1986, del director del diario El Espectador, Guillermo Cano Isaza; se había convertido en una piedra en el zapato de la mafia con sus punzantes editoriales contra el tráfico de drogas y a favor de la extradición. El periodista fue baleado por órdenes de Escobar y "El Mexicano".

Como repudio al asesinato, por primera y única vez en la historia colombiana los medios se unieron en una protesta: al día siguiente no circularon periódicos, no hubo noticiarios de televisión y la radio se silenció. Después, reporteros especializados en el tema elaboraron informes especiales, de 10 minutos cada uno, que se transmitieron simultáneamente durante una semana en todas las emisoras del país; en esos reportes quedaron al descubierto las identidades y los enlaces de las principales redes mafiosas que apenas eran conocidos por la opinión pública.

Al recordar aquella época, Fidel Cano, actual director de El Espectador, dice a Proceso que el sacrificio de Guillermo Cano "les abrió los ojos a los periodistas y al país sobre el tamaño de la amenaza".

Temporada de bombas

La venganza del cártel de Medellín no se detuvo. Tres años más tarde, el 2 de septiembre de 1989, un coche-bomba destruyó parte de las instalaciones de El Espectador y dañó seriamente la rotativa y el sistema de producción del periódico. Ese mismo día, hombres armados incendiaron una casa de descanso de la familia Cano en Islas del Rosario, Cartagena. Además, el 10 de octubre siguiente sicarios asesinaron en Medellín a la gerente administrativa del diario, Marta López, y al jefe de circulación, Miguel Soler.

La ofensiva de la mafia contra los medios continuó el 16 de octubre de ese año, cuando enviados de Escobar detonaron otro coche-bomba, ahora en la redacción del periódico Vanguardia Liberal, en Bucaramanga. Ocho personas perdieron la vida y el diario quedó en ruinas.

A la larga lista de periodistas muertos en ese periodo se suman el director del noticiario de televisión MundoVisión, Jorge Enrique Pulido, el 8 de noviembre de 1989; Diana Turbay, la secuestrada editora de la revista Hoy por Hoy, el 25 de enero de 1991 en un intento fallido de rescatarla de las manos de Escobar; y Carlos Lajud Catalán, de la cadena ABC de Barranquilla, baleado el 19 de abril de 1993.

Por aquella época, aunque en menor proporción, los capos del cártel de Cali, los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, también se sentían incómodos con los periodistas que promovían la extradición.

Las autoridades atribuyen a los Rodríguez Orejuela el asesinato de al menos dos columnistas de periódicos regionales a finales de los ochenta, pero la amenaza directa era la manera más expedita de amedrentar a los comunicadores. Uno de ellos, un reportero que trabajó en la fuente judicial del diario El Tiempo, recordó una llamada que recibió de Gilberto Rodríguez por un artículo publicado ese día que hacía referencia a la extradición. "Me dijo que nosotros no habíamos entendido cómo era enfrentarse a ellos. Y agregó: 'Con una sola llamada, por cinco millones de pesos (2 mil 500 dólares) usted está muerto antes del mediodía. En Bogotá mucha gente hace cola para hacer trabajos tan sencillos como ese'".

Desaparecidos los grandes capos del narcotráfico de los cárteles de Medellín y de Cali a mediados de los noventa, y con la aparición de una nueva generación de narcos sin ambiciones políticas se redujeron notablemente los ataques contra la prensa. La tregua duró poco, porque a finales de esa década Colombia vivió otro fenómeno: el paramilitarismo, con los hermanos Vicente y Carlos Castaño Gil a la cabeza, que mutaron del narcotráfico y mostraron una faceta ideológica de extrema derecha que consistía en mostrarse como enemigos a muerte de las guerrillas, especialmente de las FARC.

Ese movimiento surgió en la región noroeste del país, en la frontera con Panamá, y pronto se extendió a todo el país de la mano de buena parte de la fuerza pública que encontró en los paramilitares el escudo adecuado para combatir los enlaces de los grupos rebeldes en pueblos y ciudades.

De ese periodo violento en el que murieron cerca de 8 mil personas a manos de bandas paramilitares que arrasaron sin piedad y ejecutaron matanzas a manera de escarmiento, sobresale el asesinato, el 13 de agosto de 1999, del periodista y humorista Jaime Garzón, baleado por sicarios cuando llegaba a su trabajo en la emisora Radionet. A través de sus personajes de caricatura el comunicador denunciaba la barbarie paramilitar y recreaba su relación con agentes del Estado que cerraban los ojos ante el avance de la extrema derecha.

Carlos Castaño, asesinado por sus propios compañeros el 16 de abril de 2004, fue señalado por varios testigos como autor intelectual del asesinato del periodista. Recientemente varios exjefes paramilitares, entre ellos Jorge Iván Laverde, "El Iguano", acusaron como instigador del asesinato de Garzón a José Miguel Narváez, quien en 2008 fue subdirector del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), organismo de inteligencia que depende de la Presidencia.

El pasado 8 de julio, el fiscal general de la Nación, Guillermo Mendoza Diago, dictó medida de aseguramiento contra Narváez, quien según comprobaron los investigadores viajó en varias ocasiones a Urabá a dictarles conferencias a los jefes paramilitares en sus campamentos.

Medidas blandas y duras

Tras la muerte de Garzón, el gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana

–quien años atrás había ejercido el periodismo– acató las recomendaciones de organizaciones nacionales e internacionales y en 2000 creó un Programa de Protección a Periodistas (PPP), dependiente del Ministerio del Interior y de Justicia. En él funciona un comité que se reúne cada mes –y de manera extraordinaria cuando las condiciones lo ameritan–, el cual se encarga de realizar un estudio de riesgo y actuar de manera inmediata si cree que un comunicador está bajo amenaza.

El PPP dispone al año de cerca de 15 mil millones de pesos (unos 7.5 millones de dólares) y prevé la aplicación de dos tipos de medidas: las blandas, que incluyen el uso de chaleco antibalas, un aparato de comunicación y talleres de autoprotección; y las duras, que de acuerdo con el examen de riesgo incluyen rondas o vigilancia policial permanente, la asignación de escoltas, el traslado a otras ciudades o el exilio.

Proceso dialogó con Ignacio Gómez, presidente de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), organismo del comité que examina las alarmas que prenden los comunicadores, quien explicó que desde la creación del PPP es evidente la disminución del número de asesinatos de periodistas. "Desde 1978 –dice Gómez, un reconocido investigador del noticiario de televisión Noticias Uno– en Colombia eran asesinados siete periodistas por año. Esa cifra bajó a tres o cuatro y ya ha habido periodos en los que no es asesinado ninguno".

Pese al buen panorama de los últimos años, en Colombia subsisten las amenazas a los periodistas, sólo que ahora los autores son identificados como parapolíticos, narcoguerrilleros o simplemente bandas criminales.

Según Gómez, la Flip recibe dos o tres quejas semanales de periodistas que se sienten amenazados en el ejercicio de su profesión, especialmente en las regiones donde la actividad del Estado es más dispersa y lejana. Pero a diferencia del pasado, la rápida acción de la entidad creada para protegerlos ha impedido que los delincuentes cumplan su cometido.



Fuente: www.proceso.com.mx