viernes, 3 de septiembre de 2010

Los testimonios sobre el drama que vivió Haití tras el terremoto

Septiembre 03.- Haití. Isla Pánico (Random House Mondadori) es un libro que, en 170 páginas, retrata una de las tragedias más grandes que ha vivido la humanidad. A través de las vivencias periodísticas de cinco reporteros mexicanos, se cuenta la historia de un terremoto de 7 grados en la escala de Richter que literalmente terminó con un país. Los testigos describen cómo entre las ruinas y en las condiciones más adversas fueron parte de una cobertura que marcó sus carreras para siempre.

José Luis Ruiz, periodista de la sección nacional de El Universal, comparte su testimonio como reportero en el lugar; cuenta, a través del primer capítulo titulado "La noche más larga de Haití", cómo fue ser testigo presencial de la muerte. Carlos Loret de Mola, de Noticieros Televisa, escribe de sus dos viajes a aquel país; David Aponte, jefe de información en W Radio, plasma cómo el periodista se involucra, sin querer, en cada nota que transmite; Daniel Aguilar, fotoperiodista de la agencia Reuters, reúne el mejor material fotográfico que pone rostro a la tragedia, y Eduardo Mora Tavares, editor de la sección Internacional de El Universal, explica lo que Haití representa en el entorno global.

"La idea de escribir un libro surgió cuando llegamos a Haití y nos percatamos de la magnitud del terremoto; cuando salimos a la calle a hacer los primeros recorridos y vimos la gran cantidad de devastación y muerte, inmediatamente comentamos que sería una buena idea no dejar sólo lo que estábamos viendo en el reporte diario para nuestros medios de información sino dejar una testimonio que fuera más allá", comenta José Luis Ruiz, periodista de la sección nacional de El Universal.

Explica que lo vivido en Haití fue la tragedia más grande que han cubierto los cuatro periodistas. "Coincidíamos en que nunca antes habíamos visto tantas muertes causadas por un solo evento. Todos nosotros ya habíamos estado en otras coberturas, donde el común denominador era la devastación y la muerte, pero la magnitud que vimos y sufrimos en Haití era inigualable", cuenta.

Dice que lo más difícil de la cobertura fue el conjunto de todas las adversidades para realizar su trabajo. "No había alimentos, agua, electricidad, internet, ni un lugar seguro donde dormir y, por lo tanto, cumplir con la demanda de información se complicaba cada día; teníamos que buscar la infraestructura mínima para transmitir lo vivido en el día y una vez que la ubicábamos, compartirla con los compañeros", recuerda.

"En una cobertura como esta, el periodista se separa del protagonismo y forma equipo; hubo mucha solidaridad entre los reporteros", dice.

Asegura que un sentimiento presente durante toda la cobertura fue el miedo. "Era permanente, desde que te subías a un coche y recorrías las calles tenías la adrenalina al máximo nivel, había momentos donde las cosas se salían de control y teníamos que saber qué hacer. La población haitiana es gente fuerte que impone mucho", narra.

Historia trágica

Eduardo Mora Tavares hace un resumen histórico de lo que significa Haití para el mundo. Pone en contexto por qué un país como éste ha sido tocado por la tragedia a lo largo de su existencia.

Cuenta cómo Haití ha sido devastado por una historia trágica que arranca con el colonialismo expoliador de Francia; una independencia seguida del aislamiento internacional y la inestabilidad doméstica; una ocupación militar imperial de 19 años por parte de Estados Unidos; una dictadura nefasta casi de tres décadas impuesta por los Duvalier y, tras la caída de esta dinastía, una sucesión de gobiernos militares tiránicos e ineptos.

En las páginas de Haití. Isla Pánico, Eduardo Mora detalla cómo el país ha vivido en tragedia permanente. "La nación sufrió el exterminio de la población precolombina nativa, padeció, luego saqueo del colonialismo francés, el caos violento de las rebeliones de esclavos y la lucha por la independencia", cuenta.

Explica que la tragedia de Haití no fue resultado de una "justicia divina": la tragedia estaba ya asentada en el país ante la indiferencia de la comunidad internacional, que sólo ha acudido como apaga fuegos cuando el incendio amenaza extenderse o cuando se presentan situaciones de emergencia humanitaria como este terremoto, asegura.

La devastación hoy en día

Hoy, el sismo del 12 de enero de 2010 ha despertado en Estados Unidos el temor de una nueva oleada de migrantes haitianos. Ahora es una nación postrada que aún exige un cambio de estructuras que le permita pasar de la miseria al bienestar, de la injusticia a la justicia, plasma Eduardo Mora Tavares.

Para los autores, el libro es testimonio de una tragedia que no debe quedar en el olvido para que la sociedad finque siempre un sentimiento de solidaridad, "no es nada pretencioso, sólo son testimonios que hablan de una realidad en la que todavía están sumergidos millones de haitianos, siete meses después del terremoto la ciudad sigue exactamente igual de devastada y cerca de un millón y medio de personas se encuentran desplazadas en campamentos en Puerto Príncipe, sin alimentos, sin agua y enfrentadas a los elementos naturales", aseguran.

Por eso han decidido que las ganancias que genere el libro y que corresponden a los autores se donen a la Cruz Roja, para contribuir a la ayuda a Haití.



Fuente: www.eluniversal.com.mx