lunes, 6 de septiembre de 2010

Muere don Fausto Fernández, institución del periodismo en Veracruz

Veracruz, México, septiembre 06.- Esta madrugada falleció el periodista veracruzano don Fausto Fernández Ponte, un hombre que compartió redacción con los más destacados periodistas del país y ejerció el oficio durante décadas en el extranjero.

Don Fausto ya había padecido dos trances médicos de los que pudo reponerse. El tercero lo sorprendió trabajando y activo de mente, como siempre. Su columna Asimetrías era leída por miles hasta hace días. Antier por la noche sufrió un derrame cerebral y cayó en coma.

No paró de luchar por su vida, dicen sus allegados, hasta que su corazón paró de latir. Nacido en Coatzacoalcos, don Fausto fue uno de esos casos raros de personas que se lanzan por el mundo.

Su carrera duró cerca de 50 años. Contaba que de niño fue vecino "de unos gringos" que le enseñaron a hablar inglés y diario le pedían que les leyera el periódico. Eso a la postre, marcaría su futuro, pues su condición de bilingüe lo llevó a pasar buena parte de su carrera la pasó en Washington, Estados Unidos, trabajando como corresponsal del periódico Excélsior.

Entrevistó a los presidentes de ese país Richard Nixon y William Clinton y personalidades como Indira Ghandi, charló con Lázaro Cárdenas, solos los dos en un río, de cuya conversación extrajo secretos que hoy se llevó consigo. Formó parte de la famosa redacción de Excelsior encabezada por Julio Scherer que sufrió la represión presidencial. Fue un periodista libre En Veracruz, fundó el periódico Política.

Una publicación de línea crítica que creó escuela. "Atender a todos los sectores sociales" es una regla para hacer periodismo, decía Don Fausto. Sus últimos años los pasó en su casa del "mismísimo Barrio de la Huaca" en el Puerto Veracruz.

Le encantaba tomar café de hoya y compartirlo con quien lo visitara, así fuera gente desconocida. Los paseantes del barrio, podían observarlo desde la ventada de su casa, casi siempre abierta de para en par, leyendo libros con una lupa en la barra de su cocina, al lado de su cafetera.

Descanse en paz, don Fausto.



Fuente: www.e-consulta.com