jueves, 21 de octubre de 2010

‘El boom de las revistas del corazón comienza hace 50 años con la boda de Fabiola’

MADRID, España, octubre 21.- Madrid de despierta tranquila en una mañana de octubre. El tráfico en una de sus calles secundarias es casi imperceptible y, avanzadas las horas de un día cualquiera de la semana en el que los trabajadores ocupan sus puestos y los estudiantes sus aulas, la afluencia de peatones es igualmente escasa.
Pero algo rompe la quietud. El periodista y escritor Fermín J. Urbiola hace su aparición en la cafetería donde hemos quedado para hablar de su nuevo libro: Nacida para reina. Fabiola, una española en la corte de los belgas. Una exhaustiva biografía sobre la figura que revolucionó la prensa de sociedad.

Fermín es un huracán de energía, de sonrisas, de simpatía. Apenas se ha sentado y ya comienza a contar las maravillas de la reina -y sobre todo persona- cuya vida ha plasmado en papel. Habla de ella como un niño lo haría con su más reciente descubrimiento, pero para él no es nada nuevo. Más de dos años de documentación, entrevistas con amigos y conocidos, intenso buceo entre las publicaciones y recortes apolillados -como él los describe- de la época han dado como resultado su segunda obra; cuyo gusanillo, según confiesa, ya empezó a surgir mientras aún estaba con la primera.

Es la primera biografía que se publica de un autor español sobre la reina Fabiola. ¿Cómo ha sido la elaboración del libro?
Yo creo que hay dos formas de conocer a alguien: escuchando a la propia persona o a los que le rodean, y dado que ninguno de nosotros suele ser objetivo consigo mismo (¡es casi imposible!) he preferido acercarme a la gente que mejor conociera a Fabiola, gente que la viera desde prismas distintos, que hubiera coincidido con ella en las diferentes épocas de su vida... He hablado con amigas que por primera vez han abierto la puerta a un periodista, y no ha sido fácil. Han compartido conmigo fotos antiguas, cartas manuscritas, periódicos que estaban apolillados... La verdad es que ha sido una preciosa investigación.

El tratamiento mediático que dieron las llamadas publicaciones de sociedad fue toda una revolución pero, ¿es comparable a la actual prensa rosa?
El boom de las revistas del corazón comienza hace 50 años con la boda de Fabiola. ¡Fue todo un notición! Una española en la aristocracia, que no era ni de la nobleza, muy bien situada socialmente en España pero que nadie conocía fuera. De repente salta a la prensa internacional y España ocupa portadas de medios de comunicación. Fíjate la que se armó aquí hace unos años con la boda real, pues imagina entonces. El ama de llaves se convirtió en un personaje internacional. El 'Tomate' ya existía. El chófer, el mecánico, la doncella... todos son personajes que empiezan a hablar de ella. ¡No hemos inventado nada! Eso sí, el noviazgo fue todo un misterio, lo llevaron con mucha discreción. Incluso Balduino se registraba en los hoteles con nombre falso. Hoy habría sido difícil mantenerlo de esa forma, la sociedad de la información instantánea lo hubiera complicado. Pero Fabiola lleva 50 años sin hablar. Lo primero que hizo tras casarse y llegar a palacio es montar una oficina de asistencia social y desprenderse de multitud de regalos innecesarios -obviamente no los institucionales ni los afectivos- que repartió entre los que más lo necesitaban.

A lo largo de su vida recibió varios sobrenombres: la reina cuando era pequeñita, la bola, Cleopatra, cautivadora de habas... ¿Quién era realmente Fabiola?
Pues mira, te respondo con una anécdota. Una vez recibió amenazas de muerte en las que un desequilibrado le decía que iba a matarla en el desfile del día nacional belga con una ballesta. Y ella, demostrando que no tenía miedo a nada ni a nadie, salió ese día ¡llevando una manzana en la mano! Esa es ella. Una mujer divertida, habladora, extrovertida, moderna, solidaria... Fabiola no era una mujer que buscara la fama o el glamour. ¡Al contrario! Rechazó un pretendiente diplomático porque se tendría que ir a Washington, así que Balduino tuvo que trabajar mucho para conquistarla. Ella no veía la parte frívola de ser reina, sino la responsabilidad que conllevaba. Y varias veces le dijo que no. Incluso Balduino califica en unas cartas su aceptación como un milagro.

Tras haber analizado toda su vida, ¿hay algo que te haya sorprendido de ella?
Fue muy moderna. Se independizó y se fue a vivir a un piso en la madrileña calle Bárbara de Braganza. Eso era algo que estaba tan mal visto entonces que el servicio de aquella época ni lo reconocía, decían que era una 'oficinita' que se había montado. También se hizo una operación de cirugía estética de la nariz. ¡Y conducía! Estudió enfermería, escribió cuentos... De hecho, publicó una recopilación de ellos que en su primera edición fue un desastre editorial (eran tiempos de escasez), pero cuando se casó y volvieron a salir a la venta ¡fue todo un boom!
Fuente:
www.elmundo.es