viernes, 5 de noviembre de 2010

‘La violencia que sale en TV es una forma barata de atrapar a la audiencia’

MADRID, España, noviembre 05.- Hace unos días se publicaba en Estados Unidos un estudio en el que se concluía, entre otras cosas, que los informativos en televisión-especialmente los estadounidenses- ponen un excesivo foco en la violencia y en las guerras y apenas si tratan las historias sobre la paz, que representan, según los resultados, un pírrico 1,6% de las noticias presentadas.

El informe, publicado por el Instituto para la Economía y la Paz, revela en definitiva el auge del sensacionalismo en las televisiones y cómo imperan en ellas las informaciones negativas.

Las conclusiones de esta investigación no están alejadas de la realidad informativa en la televisión española, según Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, quien asegura, en declaraciones a ABC, que "la naturaleza de la información tiende a ser conflictiva; las buenas noticias no son noticia y la guerra interesa". Bien es verdad, admite este periodista, que en el caso de muchos conflictos en África -por ejemplo, la guerra en Ruanda- "si la prensa no hubiera puesto el ojo en ellos la comunidad internacional no se hubiera interesado".

"La lucha por la pasta"
Lo cierto es que, en su opinión, "el ejercicio del periodismo tiene mucho de patológico, estamos siempre metidos en el barrillo, aunque si los temas se gestionan bien y existe un comportamiento ético de los profesionales en su tratamiento, con respeto a las personas implicadas, y demás pueden ser buenas historias".

Las televisiones, afirma González Urbaneja, "han tenido un sesgo hacia lo truculento, hacia la narración constante de sucesos y esto es algo intencionado, no casual. Se sabe que muchos editores de telediarios en más de una ocasión han pedido poner más sangre en las noticias" y esto se debe, a su juicio, a "la lucha por la audiencia que es, en definitiva, la lucha por la pasta". "En España tenemos un sesgo clarísimo hacia la sangre, hacia lo violento", insiste. "La buena literatura está llena de sucesos, pero hay que tratar esa información con criterio y calidad, la casquería es otra cosa".

Por su parte, Bernardo Díaz Nosty, catedrático de Periodismo de la Universidad de Málaga, quien también coincide en que estos resultados pueden ser perfectamente aplicables al caso español, asegura que los datos presentados en el citado informe están relacionados con la "tabloidización" de los informativos en la televisión de Estados Unidos, esto es, con la "orientación hacia los registros propios de los periódicos sensabionalistas británicos". Señala, además, que lo que se busca con noticias breves y descontextualizadas sobre distintos sucesos -además de que es más barato- es "animar la información como objeto, como espectáculo y esto es algo que se aleja de los criterios éticos del periodismo, que debe facilitar el entendimiento de lo que acontece y reducir la incertidumbre".

"Plato único de la actualidad"
Para Díaz Nosty, "el predominio de los sucesos sobre otras secciones, además de provocar desinformación, aumente la sensación de inseguridad, la desconfianza en la policía, la justicia y las instituciones... Estamos ante un caos continuo que termina por inmunizar nuestra sensibilidad ante hechos que, siendo la excepción, se presentan casi como el plato único de la actualidad".

Preguntado por qué se recurre a la violencia en televisión, este catedrático tiene clara la respuesta: "Encaja mejor con la narración dominante de la televisión, que es el espectáculo y el entretenimiento. A veces ciertos informativos parecen extensiones de las películas y las series o de los apasionados debates de alcoba en el que actuantes de aquel pelaje, elevados a la categoría de héroes populares, se tiran de los pelos. La sinrazón y los argumentos poco razonables contribuyen a extender la cultura de la violencia, al predominio de lo emotivo sobre lo racional".

"El triunfo de un suceso"
Sobre el escaso interés que despierta la paz en los informativos, Díaz Nosty se pregunta: "¿A quien no interesa la paz? Entonces, llevemos a las escuelas, a las universidades, la pedagogía de la violencia, no sea que nos estemos equivocando... El ruido artificial, el tongo violento de muchas propuestas televisivas son la forma más barata de atrapar a las audiencias en lo que es una estrategia constructiva de una gran ficción, de un gran circo".

Hay una excepción en esta realidad y es el reciente rescate de los mineros de Chile. Una noticia positiva, foco de la atención de todas las televisiones del mundo. Sobre este particular, Díaz Nosty recurre a la explicación que aporta el profesor Richard Grusin, de la Universidad de Milwaukee, quien "sostiene que el rescate constituye la cara humana de la mediación global. La audiencia de todo el mundo siguió durante días un proceso del que se sintió partícipe con sus mejores deseos, con su "mediación colectiva", despertando los sentimientos humanos de solidaridad. Pero no deja de ser el triunfo de un suceso. Dos mil periodistas para cubrir una noticia de interés humano llevada a la cumbre del espectáculo".
Fuente: www.abc.es