lunes, 20 de septiembre de 2010

Informar, ¿cuándo la guerra desdendenantes ya nos había alcanzado?

De Neblinas y don Goyo
Víctor Bacre Parra
PUEBLA, México, Septiembre 20.- Dos de nuestros mejores periodistas en el panorama informativo poblano, Arturo Rueda y Mario Alberto Mejía, en su labor y compromiso, nos están alertando sobre la rayita y lo encubierto de la presencia y acción u omisión del narcotráfico en la vida social, económica, política y hasta educativo–cultural en nuestra capital y entidad, de varios de sus grandes capos y de sus familias, cómplices y seguidores.
Entre las patas de los caballos y de la milicia en retiro, el doctor Rueda, tiene varias semanas advirtiendo su papel y protagonismo, inclusive se preguntó en su columna: "¿Pactó el marinismo con los narcos?" (Cambio: 6 de abril del 2010). Sólo que tras la detención de La Barbie y, sobre todo de El Grande –aquí en Puebla– permitió que se asomara más la punta del iceberg que, tarde que temprano, irá mostrando los bloques de relaciones, dádivas y complicidades entre los jefes mafiosos con sectores del gobierno, del empresariado –finalmente, con parte del poder– y con otros grupos de la misma sociedad poblana (baste ver la corrupción y las denuncias sobre las riquezas in–explicables de señalados y por señalar funcionarios –tanto políticos como universitarios y de algunos empresarios que, flotan y se cruzan en el ambiente poblano y en aires nacionales e instancias internacionales.

Mario Alberto Mejía, con parecida concepción periodística que su colega Arturo, también nos ha estado informando, sobre todo tras las inoportunas y desafortunadas declaraciones de Mario Ayón de que Puebla "sólo es lugar de paso y de hechos aislados del narcotráfico", Mejía escribió: "Algo nos queda claro: que a donde vaya el general Ayón habrá paz, tranquilidad y acuerdos por debajo de la mesa, pero acuerdos, al final de cuentas, que evitarán violencia, sangre y desazón" (Milenio online: 19-septiembre-10).Estas disquisiciones, tienen más vigencia, por los sucesos que rodean al editorial que el día de ayer publicó, en resumen, El Diario de Juárez en esa localidad para expresar el sentimiento que domina cada vez más en las diferentes regiones del país y que un diario de circulación nacional analizó para hacer suyo también ese padecimiento y el de solidarizarse con el periódico juarense (El Universal: No. 33,933). Señala el editorial "Silencio criminal" que el medio informativo fronterizo ya no pide justicia, misma que le ha sido negada, reiteradamente-sino que solicita una respuesta dirigida a los gestores de la violencia, del lado que sea, "¿Qué quieren de nosotros? Queremos qué nos expliquen que pretenden qué publiquemos o dejemos de publicar para saber a que atenernos". La petición es el último recurso del periódico "para seguir sirviendo a la sociedad sin morir en el intento". (ídem).

Artículo 7º. Constitucional: "Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia. Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura ni exigir fianza a los autores o impresores ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más límites que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública. En ningún caso podrá secuestrarse la imprenta (…)".Y faltaría un transitorio-digo yo-que mencione: "Se les pide a los señores de la guerra, gobierno y crimen organizado, no asesinar ni violentar a los periodistas y medios de información. Y como dice El Universal: "¿Como llegamos a esto? Pedir explicaciones a los criminales ante el silencio criminal de los gobiernos" (Ibíd.).