sábado, 4 de septiembre de 2010

Germán Dehesa, escritor y cronista dialogante

Salvador Camarena

Septiembre 04.- Fue un jueves canalla en México. Como si sobraran, apenas un par de meses después de la muerte de Carlos Monsiváis, otro cronista del acontecer de este país ha fallecido. Periodista, dramaturgo, ciudadano comprometido, escritor, forofo de los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México, conversador, Germán Dehesa Violante murió a los 66 años, víctima de cáncer.

Pocos autores en México han sostenido un diálogo con los ciudadanos tan fluido, ya fuera en sus programas de radio o de televisión, y no se diga en su columna Gaceta del Ángel, como Dehesa. Fiel a ello, el propio escritor nacido en Ciudad de México, anunció el pasado 25 de agosto que tenía cáncer, y que su situación era seria. "Creo que no les he contado que estoy enfermo, seriamente enfermo. Tengo cáncer, pero hasta ahora la enfermedad no me ha producido un dolor insoportable". El primero de septiembre publicó por última vez su entrega cotidiana.

"Dehesa fue un intelectual, como ha habido otros, que dejó atrás la ermita para construir en el campo mediático un espacio de reflexión e influyente opinión pública. Su columna, La Gaceta del Ángel, fue, desde hace varios años, parada obligatoria de los lectores que esperaban un enfoque crítico, a veces ácido, pero no desprovisto de humor, de la realidad", comentó de él su alma máter, la UNAM, en un comunicado en el que se anunciaba que se posponía el homenaje que estaba programado al galardonado con el IV Premio Don Quijote de Periodismo, que recibiera en el año 2008 del rey de España, don Juan Carlos.

En sus distintas expresiones culturales, Dehesa reivindicaba lo mejor de la cultura popular y del carácter mendaz del mexicano, al mismo tiempo que con ironía implacable abría en canal las sombras de las taras sociales que aquejan a México. Principales clientes de su denuncia fueron los políticos de todo color y desnivel.

"Como yo soy por un lado de extracción universitaria, estudiante de letras, y por otro, de extracción totalmente chancla, pensaba: ¿cómo haré yo para que se cree un mundo verbal, que resulte muy lleno de luces, divertido, intenso, como debe ser nuestro idioma, que lo tienen muy opaco, pero es un idioma brillantísimo?", le dijo a Reforma, diario en el que escribía desde 1993 y donde acuñó dos gritos de guerra que dan cuenta de su amplia agenda: la lucha en contra de la corrupción (escribió libros al respecto), y la reivindicación del placer corporal.

A lo largo de 1,892 entregas, su columna siempre terminó igual: juró no descansar en su crítica a un ex gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, señalado en la prensa por haberse enriquecido al amparo del poder. Cada día, Dehesa remataba con un "¿Cómo durmió?", alusivo al cinismo, al morro, del que hacen gala algunos cuya fama de corruptos les trasciende mientras esperan que la gente olvide sus fechorías.

Pero con la misma puntualidad, Germán Dehesa lanzaba a sus miles de seguidores, cada viernes, al encuentro íntimo, con su ya clásico "Hoy toca".

En foros culturales por él montados, o en distintos otros escenarios, hizo obligatorio asistir a sus obras Tapadeus, Borges con música, Pacto con botas y Monjas coronadas. De su bibliografía, destacan Fallaste corazón, Los PRIsidentes, Adiós a las trampas y La familia.



Fuente: www.elpais.com

Foto: Momento en el que Germán Dehesa recibe del Rey de España el premio Don Quijote de Periodismo, en mayo de 2008. Foto de EFE tomada de www.elinformador.com.mx